martes, 14 de mayo de 2013

Optic Nerve (o busquemos excusas para hablar de otra persona)


Cuando la gente imagina el comic independiente la imagen que les surge fue permanentemente dañada por el uso musical del termino "indie". Un independiente que tiene sus propias disqueras, espacios musicales y tiene una llegada internacional (como siempre desde los centros a la periferia internacional). Sin embargo cuando hablamos de comics independientes (o "comix" si tenés un problema) en lugar de Pavement deberíamos pensar en la fotocopiadora del colegio/facultad. La historieta tiene un espacio tan independiente que es llega a un solo individuo fotocopiando y engrampando sus propias historietas para distribuirlas donde puede por unas monedas, de ese modelo que no puede fallar viene Adrian Tomine, autor de la historieta de la semana Optic Nerve.

¿Por qué nervio óptico? Porque tu vieja. Los primeros tomos comprenden múltiples historias autoconclusivas con micronarrativas al estilo jazz (lo que importa son los silencios, depende de cada uno decidir qué tan mentira de careta o verdad universal es ese concepto); y posteriormente las historias se expanden hasta incluir una por tomo o durar múltiples tomos.

Ese es el punto en que me perdió, ya que la mecánico micro me era mucho más interesante y se prestaba a los huecos en la historia. Cuando pasamos a dedicar tres tomos a la historia de alguien donde no pasa nada sino que ha ocurrido o ocurrirá es entendiblemente más difícil de sostener. Si agarramos el unitario que incluye algunas de las historias originales hechas con lapicera y fotocopiadas pedorramente se vuelve más fácil entender que esta expansión es parte de un proceso que los lectores de la salida más minstream agarraron empezado, así que no nos colguemos demasiado en quejarnos de que las cosas son como son.



De Ghost World a Moeblob en un artículo.


El estilo también sufre una depuración que, para ser tan horrible como me es posible, va desde lo personal y único a lo terriblemente genérico, hipster y tumbleroso. Donde antes teníamos lineas que declaraban la irrealidad del dibujo (ya sea por una certeza casi vectorial como por una temblor de plumón de caricatura) dentro de un encuadre fotográfico bastante realista, dejando mucho espacio para huecos y vacíos que daban una guía mental para manejar el lenguaje de las historias; pasamos a curvas que le salen mucho mejor a Daniel Clowes y primeros planos que abandonan la influencia fotográfica sin agarrar cosas nuevas.

Me gusta tomar como ejemplo al hablar de los dibujos de Optic Nerve al idolo total de la redacción Minaverry. Porque si tomamos Optic Nerve 1 y Dora (quizás más hacia el final) podemos caer en una montaña de similitudes. A cualquiera que le guste uno, le recomiendo el otro. Sin embargo si tomamos los últimos tomos de ON y El Año Próximo en Bobigny podemos ver que es sólo una ilusión. Tomine deseo el espacio indie abierto por otros pies más grandes mientras Minaverry infla más al mounstro que empezó a ser su estilo.

Aprendió Tomine de lo que yo veo como (y por lo tanto decreto que son) errores? Es Minaverry un dios entre los hombres con quien todos los grandes deben ser comparados o es sólo una opinión caprichosa asociada a impresiones de Optic Nerve? Estas y más respuestas en algún momento, básicamente cuando se me cante.

No llores chica Minaverry, ya les va a tocar.

[Pero en serio, ya le voy a dedicar un espacio a Minaverry. Tanto para elogiar lo bueno como para coff coff Callejones Rojos coff coff lo otro]

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